Capitulo 11: El fondo del pozo. Demencia
Katheryn Morales

“Vanessa habla” fue entonces cuando sentí cosquillas en los labios, como cuando pasas tiempo entumecida y vuelves a caminar, cuando pude mi voz sonó casi en un jadeo, sus ojos estaban aun más fríos y horrorosos de temor, esos hermosos ojos azules. Los estaba asustando. El tocaban la piel de mi brazo y trazaba los dedos en mi rostro.
-Vanessa respóndeme…
-¿Qué...? – aun incapaz de moverme.
-¿Vanessa? Por Dios estás tan pálida… ¿Hace cuanto que no te alimentas?
Eso era una pregunta interesante, sentía que habían pasado semanas y semanas desde la última vez que me alimente de sangre. Eso me pasaba, estaba seca, me estaba muriendo. Por mi tonta sensación de vacio era eso, estaba secándome.
-No... Lo se… ayúdame a leva...
Cuando intente sostenerme de los pilares del balcón para subir caí aun con más fuerza y el me atajo, Dios… no eso era humillante, no delante de un vampiro guapo por favor.
-Vanessa, esto es completamente estúpido y descuidado de tu parte, quédate tranquila no puedes ni moverte, vamos a mi cuarto tengo muchas raciones de sangre allí.
Bien, eso no se oía nada bien, absolutamente nada bien, pero de nuevo mis labios estaban fríos y dormidos no podía responder. Damián trato de pasar desapercibido, finalmente escuche un “clic” de la puerta y algo suave debajo de mí.
Camino por toda la habitación, podía oír sus movimientos rápidos de vez en cuando oía cosas plásticas sonar unas contra otras, y luego, algo caliente en mis labios.
Gloriosa sangre fresca.
Tan pronto como había suficiente en mi organismo yo mismo se la arrebate de las manos y comencé a extraerla, perdí el control de la sangre, había muchas bolsas quizás tome unas seis en un momento y finalmente caí sentada en la cama. Damián estaba mirándome fijamente, sorprendido.
Eso fue muy humillante, lo que había hecho.
-Damián yo, disculpa, será mejor que, me vaya…
-Esta bien Vanessa, entiendo, soy vampiro quizás en algún momento me ponga también así no tienes que preocuparte, solo… no vuelvas a dejar que tu cuerpo vuelva a estar así… en verdad me asustaste… te estabas matando ¿lo hacías agrede?
-No, claro que no…
-Pues casi lo haces, por inanición – el me miraba fijamente y serio. – no vuelvas hacerlo…
Hubo algo en mi estomago que sintió abandonar para subir a mis mejillas, había algo en la forma en que me hablo que me hacia sonrojar quizás era la forma en como me miraba.
Se acerco a mi rostro y parecía estar limpiándolo, eso se sintió incomodo no quería darle ideas de algo a pesar que sabia y se veía que solo lo hacia con la intención de quitarme la sangre derramada.
-Yo puedo hacerlo… déjame. – dije moviéndome buscando un pañuelo que el me extendió y limpiando como podía.
-Deberías ver a un medico, ¿quieres que llame al doctor?
Oh, claro y dejar que venga a su cuarto para que piense cualquier cosa. NO gracias.
-No, esta bien… solo quiero irme a casa. ¿No hay problema?
-En absoluto, lo que quieras, vamos, despídete de papá, si quieres y te llevo. Necesitas descansar.
Caminamos hacia afuera y casi nadie pareció percatarse de nuestra aparición o desaparición. Caminamos hacia Russel quien sonrió cuando me vio.
-Vanessa…
-Russel…- sonreí – felicidades.
-Muchas gracias… - miro a su hijo y luego a mi.
-Creo que fueron por un bocadillo… - miro a Damián – sangre, quiero decir.
-No, solo un poco – sentía la sangre en le rostro.
-Yo diría que mucha. – el seguía sonriente. – Me alegraría mucho por ustedes dos chicos, así que no hay problema…
Dios eso estaba pasando de la raya.
-Vanessa se siente mal papá, voy a llevarla a casa.
-¿Por qué no se queda a dormir? La casa es muy amplia. – nuevamente sonrió.
-No gracias, yo no me siento bien… solo quiero estar en un lugar cómodo para mi… conocido.
Respiro profundo y luego asintió.
-Muchas gracias por venir, y me gusto el regalo… - tomo mi mano y la beso poniéndola entre las suyas dulcemente. – espero que mejores.
Asentí.
-Gracias…
Cuando caminamos por el vestíbulo Damián, como cuando llegue pero esta vez más consciente de mi estado me tomo por la cintura. Luego me ayudo a subir suavemente al auto, no sentí nada en el camino estaba tan agotada, pero poco a poco sentía como la sangre iba fluyendo.
Al llegar a la casa, me sentía a punto de estar mejor, solo por ver la entrada de la casa, Damián me llevo poco a poco de mi brazo y finalmente paro en la puerta.
-Desde aquí puedo, gracias por todo y disculpa…
-Todo esta bien Vanessa. No tienes que mentir conmigo.
-¿A que te refieres?
El sonrió.
-Sabes que me gustas… y por eso huyes.
Le mire durante un largo rato, y entonces el fue acercando los labios, no sabia si no tenia fuerzas para moverme o estaba tan resignada a todo que no quise huir.
Entonces la puerta se abrió rápidamente y él se compuso. Mire de reojo tanto como pude para adentro, era Matt en la puerta. Parecía divertido llevaba un pedazo de algo en la mano comiéndolo.
-Wow… que hermosa noche – dijo saliendo afuera mirando el cielo.
Si hubiera estado en mis cabales, le hubiera al menos dicho que arruino algo importante, pero no sabia si estar apenada o agradecida por interrumpirnos. Damián tomo mi mano entre las suyas, muy parecido a su padre, y la beso. “Que descanses”
-Buenas noches Matt.
-Buenas madrugadas Damián – dio Matt sonriente.
Eso era irritante no quise ni meterme, camine hacia adentro, oí el auto de Damián encenderse y caminar a Matt adentro con un portazo. Cuando iba caminando en las escaleras él comenzó con las directas insultantes.
-Bien… muy bien Vanessa, ¿a ver de que me perdí?
Le hice señas con el rostro de “¿de que rayos hablas?”
El parecía molesto, pero al mismo tiempo, la cara de un “yo sabia quien eras”
-Pues, te queda muy bien el papel. Pero es que se ve tan bien en una mujer…
-¿De que hablas?
-¿Crees que no se que hicieron ustedes?
¿Perdón?
-¿Disculpa…?
-Se te olvido limpiarte…. Aquí… - dijo señalándose el mismo el cuello. Demonios seguramente me había limpiado mal por no mirar en un espejo. – Al menos podrías esconderlo mejor, eres una buena actriz a veces tengo que admitirlo, no quisiste estar…
-Cállate Matt…
-No, no me callo.
-No sabes de lo que hablas… alucinas.
Mientras gire de nuevo hacia los cuartos, sentí una ola caliente pasar a uno de mis costados y Mat con los ojos en llamas frente a mi.
-No, me des la espalda… - había rabia de la más pura en sus ojos.
-Quítate Matt…
-¿Por qué…? – su voz parecía lastimada.
-¡Te dije que no paso nada!
-Estas llena de sangre regresas a media madrugada, pareces como drogada, estuvo a punto de besarte en mis narices y aun así ¿quieres negarme algo?
-Piensa lo que quieras… te dije que no paso nada, además no te debo ninguna explicación. Tu tampoco me las das, a mi no me importa con quien te revuelques, no te metas tu tampoco con los míos.
Tomo uno de los cuadros de la pared y lo lanzo lo mas lejos que pudo estallándolo el sonido me hizo estremecer. Eso era tenebroso.
-Matt…
-¡No es… igual!
-Estas asustándome… quítate… por tu bien.
Claro que era más bien por el mío, no tenia fuerzas para defenderme ni nada.
-¡Con una mierda que no! ¡Que rayos hiciste! – ese no era el Matt que conocía, estaba saliendo su lado vampiro. Terrorífico
Pero no sentí nada, estaba yéndome de espaldas veía a Matt cada vez más lejos. Cuando abrí los ojos, estaba en mi cuarto, Matt estaba a mi lado, mirándome fijamente con la mirada asustada.
-¿Qué paso?
-No lo se… dime tu… - esta vez estaba más calmado.
-Demonios…
-¿Estas bien? – su voz era plana y superficial.
-¿Ahora te importo? – el miro con rabia a mi cara y luego se giro.
-Si no creyera que eres vampiro pensará otra cosa Vanessa…
Eso, fue por mucho insultante…
-Ya piensas lo que quieres Matt… - esta vez le mire y si hubiera podido llorar lo hubiera hecho. El no se defendió, siguió mirando fijamente. Y luego salió.
-Buenas noches…
Ni siquiera le respondí.
Si antes habíamos sido fríos, ahora estaba siendo gélido el ambiente entre nosotros, me fui recuperando poco a poco, Drake volvió a llamar esa semana, todo estaba mucho mejor, dijo que estaría en casa para principios del año. Cada vez atrasaba más el volver. Yo solo sonreí, él también me pregunto por Matt, y el silencio en la línea le dijo todo lo que necesitaba, me conto que estaba preocupado con que al volver solo encontrara los restos de nosotros y eso en parte fue divertido.
“Que estés bien” me despedí.
A mitad de semana, a Matt le dio un arranque extraño y estaba sonriendo desde que llego a la tienda. Intente no responderle nada, pero era imposible, se sentía tan bien cuando el nuevamente quería hacer las pases aunque aun así seguía dolida. Finalmente, dimos un receso de medio tiempo en la guerra, al llegar a casa, al día siguiente, ya que no caería tan fácil de que al primer día que quisiera recuperar todo luego de llamarme en términos dulces regalada, yo le diera la mano y le dijera “tranquilo no paso nada”.
Matt me miro, y se acerco poco a poco a mi, mientras colgaba el abrigo en el perchero, me lo quede viendo a los ojos, y finalmente seguí colgando el abrigo.
-¿Qué quieres Matt?
-Discúlpame… - mis manos se quedaron extáticas.
Silencio
-¿Sabes que decir lo siento después de que haces algo, no siempre arregla el daño que haces?
El asintió.
-Lo se…
Me miro apenado, y luego se acerco más, yo me eche para atrás suavemente sin que lo notara.
-Vanessa…
Le mire
-¿En verdad, no paso nada con Damián…?
Esa fue una pregunta extraña, pero era necesario responderla, por el bien y la salud de ambos.
-No…
El respiro profundamente.
-Al menos…
-¿Qué? ¿Qué pasa?
-Es que… no me improtaria, que …
-De hecho no te tiene que importar nada de eso… entiende, es personal.
-No con el Vanessa, hazlo con quien sea menos con él.
-¿Por?
-No lo se… es demasiado…
-¿Perfecto?
El miro por un instante largo, y luego asintió
-No lo se, parece muy bueno y …
-¿Y?
-Es como si estuviera hecho para ti no lo se…
-¿Y cual es el problema?
El no dijo nada.
-¿El te gusta?
-No lo se…
Eso lo decía en verdad.
-Entiendo… a mi me pasa con algunas… no se con cual dejar y con cual quedarme…
Camine a la cocina y busque en el refrigerador una bolsa de sangre entre los tomates mientras la tomaba. Estaba agotada, ese día habíamos vendido casi todo porque mañana vendría nueva carga a la tienda.
-Necesito descansar… hasta mañana Matt.
-Hasta mañana Vanessa… mmm.... creo que voy a salir. – dijo cuando comenzó a sonar su teléfono.
Sentía sus ojos en mi espalda, pero no me gire para corroborarlo. Era suficiente con su olor a limpio cuando se bañaba y tenia el cabello aun mojado. Demasiada tentación junta para soportarla. Y no quería pensar en nada estúpido que el estuviera comentando para provocarme.
Al día siguiente, Matt no aprecia desde la vista de los anaqueles, ayudamos a bajar algunas cosas y el apareció acomodando todo, Ivana lo miraba como una hambrienta del desierto frente a un Mc Donal´s. Eso era asqueroso. Pero el ni la miraba.
Hablando de la comida, finalmente fue hora del almuerzo, lo invitaría a comer, pero no se apareció por ninguna parte. El almuerzo estuvo bien tenia días que no probaba verduras, fue rico. Pague mi cuenta y di un poco más de propina, mientras salía de la tienda Matt… ¿Era Matt? Estaba frente a una joyería, con una chica… una rubia… ¿sonriente?
Ok, no quería saber nada… nada…
Camine a la tienda y trate de terminar mi horario para largarme lo más rápido que pudiera. Lo cual me llevo minutos de paciencia y horas de desesperación ¿estaba comprándole un anillo? ¿El? No podía ser cierto. Ivana ya estaba cuando yo había llegado. Por lo tanto no era ella quien estaba con Matt.
-¿Estas bien? – pregunto ella.
-Perfectamente.
Se limito a seguir haciendo lo que hacia antes de hablar lo que sea que fuera. Para terminar el ramo de flores del día, antes de terminar el turno apareció Damián.
Lo que faltaba. Aunque no me venia nada mal. Necesitaba apoyarme en algo.
-Buenas tardes…- dijo en su tono tan formal.
-Para ti… - respondí.
El miro tranquilamente y luego siguió.
-¿Hice algo mal? ¿No querías que viniera? solo, estaba preocupado por ti, disculpa.
-¡No!... oye… - me había pasado de ácida. – disculpa… es solo que…
Le mire a los ojos, y en el había una mirada de dura comprensión y me atrajo para abrazarme.
-Esta bien… tranquila…
No quise moverme de allí, me sentía tan firme y fuerte, necesitaba a Matt, pero tan solo necesitaba un abrazo de él… de mi Matt, Damián, Dios… Damián era el premio gordo pero yo necesitaba… al tonto y burro. No podía creer que se hubiera comprometido con otra chica.
-Dios mío… Damián… yo…
-¿Estas bien? – pregunto el aun sin dejar de abrazarme
-No…
-Eso lo se.. – sentí el aire entre sus dientes chocar con mi cabello mientras reía.
-Esto es horrible…
-¿Me he vuelto el confesionario de Matt?
-Disculpa… no voy a molestarte, ¿a que has venido? – dije componiendo mi cara y calmándome, pero el aun así no se aparto y rozaba mi rostro calmándome.
Eso se sentía muy bien. Me sentía protegida.
-No tienes que hacerte la fuerte… te estas haciendo daño…
-No importa, así debo serlo. Créeme Damián.
-No créeme tu… -me acerco a su rostro para verle a los ojos – te estas matando Vanessa, no seas tan necia…
Me quede callada, ese momento hubiera sido tan perfecto, si no solo me gustara Damián sino que estuviera perdidamente enamorada de él.
-Damián…
-Vanessa, con todo lo que a pasado, con… ese muchacho… ¿Por qué crees que aun no me e ido? Sigo esperando que termine de meter la pata, lo admito, porque quiero quedarme contigo… te quiero a ti Vanessa… tu eres tan perfecta, eres tan… no lo se… - esta vez parecía apenado – eres todo lo que yo quisiera de mi compañera de vida. No puedo obligarte a que dejes de quererlo pero… tampoco me obligues a separarme de ti… estarme aquí… yo…
Por un instante, todo estuvo callado y de repente,
Me beso.
Sus labios eran tan… suaves, eran más delgados que los de Matt, y me hacían sentir incomoda, esos no eran los labios que quería.
Tan pronto como pude separe mis labios de él. Pero el tenia los ojos rojos, llenos de deseo, y los labios rojos también. Dios mío… esa era una imagen para recordar, pero yo estaba espantada.
-Damián…
-Vanessa… - pero sus palabras eran más de satisfacción que de disculpa.
-Suéltame… yo ¡que hiciste!
-Vanessa yo, no yo pensé que tu…
-Déjame por favor.
-¡Vanessa!
Lo último que me percate fue de mi mano en su mejilla. Dios ahora si me estaba volviendo completamente loca.
-Sera mejor que te vayas…
Dije mirando a otro lado. Damián parecía frio, aun así suavizo la mirada. Y camino.
-No me voy a rendir tan fácil Vanessa. Eso fue menos doloroso que un estacazo… no me rendiré.
-No quiero que te hagas ideas… no pasara nada Damián, lamento si te di esa impresión, pero no es verdad.
El me miro, y se limito a bajar la cabeza en gesto de “permiso”. Solo vi su espalda. Ivana que estaba allí se quedo con los ojos perplejos a distancia, mire a su dirección y siguió doblando unos tapices.
Después que todos se fueron, me quede para cerrar la tienda con Ian, el suplente de Drake por le momento. Cuando estuve a punto de apagar las luces, me di cuenta que el celular de Matt estaba sobre uno de los mesones de la parte de cargamento. Matt nunca salía sin el celular, bien, no importa que haya hecho, pero… algo le pasaba… necesitaba buscarlo.
Mire a Ian, y tome e teléfono.
-Ian, ¿has visto a Matt?
El lo pensó.
-Ahm… creo que si… se fue hace una media hora con una pelirroja, muy linda por cierto, la veo casi todos los días en la otra cuadra…
Oh no... Demonios, no esa no era una regalada, era una caza vampiros.
Salí corriendo buscando el olor de Matt, estaba el aire muy disperso, los aromas estaban mezclados, palomitas, dulces, demonios era viernes y de paso era fecha de festividades del pueblo en una calle donde tenían una reunión afuera. Necesitaba encontrar a Matt lo antes posible, me concentre en el olor, y me estaba llevando justo a donde no quería que lo hiciera.
El mismo callejón donde lo encontré. Corrí a velocidad vampiro no me importaba que me vieran, estaba corriendo como un ratón hacia la trampa, Matt era el ratón y si no llegaba a tiempo iba…
Cuando llegue me pare en seco, en plena oscuridad la pelirroja revoloteaba el cabello mientras… Matt, si algo se le podría llamar restregar el cuerpo, era eso…. Dios mío, esto era como recibir un disparo en el pecho. Peor, me constaba porque los había recibido. Estaba fría, cuando Matt se dio cuenta de mi aroma en el aire giro para mirarme, y vi la maldad en los ojos de la mujer, puso sus manos en su cuello.
-¡¡¡NOO!!!
Lance a Matt a unos cuantos buenos metros de ella, la chica estaba azul, ante mi movimiento, mis colmillos estaban afuera. Quería matarla. La levante desde el cuello.
Tome el control de su mente antes que me estacara mirándola fijamente mientras trataba de calmarme para no decirle que se clavara ella misma en el pecho la estaca.
“Quiero que camines a tu casa” “No recordaras nada, nada de lo que viviste ni hiciste aquí, terminaste lo que hacías hace una hora y decidiste volver a tu casa” le mire con desprecio… “ahora largo”
Pude ver a la chica caminar como un zombi hacia afuera. A la luz… después de quedármela viendo hasta que desapareció.
Luego mire a Matt, el estaba pálido, frio. Asustado, quizás avergonzado.
“Vanessa…”
-Tal vez debí dejar que te mataran el primer día y te fueras directo al infierno… al menos allí harías más oficio.
-¿Qué…?
Con la más grande rabia que jamás llegue a sentir desaparecí en un segundo… me tomo otros más llegar a casa, tire la puerta al entrar. Minutos después apareció Matt en la casa también, el estaba frio y distante. Más frio que nunca.
-¿Estas mejor? – su voz era ruda y seca.- porque espero que yo si…
-¡ERES UN MALDITO! – le embestí con todo el cuerpo con los colmillos afuera.
-¡Que querías que hiciera!
-¡Pensé que estabas en peligro solo querías acostarte con cualquiera nos pusiste en peligro! – luchaba contra sus grandes manos por alcanzarlo.
-¡ERA UNA TRAMPA!
-¡SE QUE ERA UNA TRAMPA!
-Si no te importo ¡entonces porque te pones así!
-¡Me importas una mierda! – dije soltándolo finalmente
Estaba jadeando… cuando finalmente pude componerme
-Eres un mentiroso…
El me miro atontado y luego la rabia lo carcomió.
-¿Yo soy un mentiroso? ¡Yo nunca dije que no era lo que decías! ¡Pero tú dijiste que nunca te habías acostado con Damián! ¡¡ ¿Entonces que fue eso que vi en media tienda hoy?!! Estabas besándote con el… ¡estabas abrazada con el demasiado cerca como para pensar que ustedes no tenían confianza! ¡ERES UNA MENTIROSA!
Esas palabras me golpearon
-Yo no…
-Cállate... no es cierto... Nada del o que dices es cierto, todo es una…
-Matt, yo nunca te e mentido…. – esta vez mi voz temblaba… - tienes que creerme…
-No puedo, eras tu la que estabas allí. Me largo…
Subió las escaleras a pasos gigantes y le seguí tanto como pude tanto como mis pies dieron para hacerlo
-¡Matt! – le jale del brazo pero el lo lanzo lejos.
-¡Suéltame! Me largo de aquí…
-¡Tienes que creerme! ¡Yo… eso no es! Yo te quiero es a ti... Matt…
-Solo deja de mentir… - alzo las manos en señal de cansancio y camino a su habitación podía oírle recoger todo. – déjame en paz….
Me sentí completamente destruida.
Entonces oía voces repitiéndome en la mente “mentirosa” “mentirosa” “deja de mentir” “eras tu”, pero esa o era la voz de Matt, no… esa no era definitivamente su voz… era… la voz de mis padres, nadie me creía... Yo… tuve que sostenerme de la puerta de mi cuarto abierta, Matt pasaba con sus cosas por el pasillo lanzándolas abajo, definitivamente iba a irse, estaba perdiendo la vista, la mente, ¿Qué me pasaba de nuevo? ¿Había olvidado alimentarme de nuevo? Probablemente pero no… mi mente me dolía, los recuerdos… estaba sola, estaba sola… “mentirosa” “deja de mentir” vi la sombra de Matt y solo oí un golpe seco de la puerta del frente. Se había ido. El se iba a ir… no… no por favor no…
Mis pies comenzaron a temblar, y volví al suelo, tenía frio… mucho frio… algo venia escaleras arriba, era Matt algo se le había olvidado.
Intente abrir los ojos, solo lo vi estático parado metros de mi. Estaba gimiendo, yo… no, no eso no, yo no quiero manipularlo. Yo no… Pero la diferencia, era que no lo estaba manipulando, no podía controlarme, estaba desesperada. El se acercaba.
“Demonios” – era Matt
¡No! “Vanes….”
Luego no oí nada más. Solo las sombras y las voces agudas golpeándose entre si de las palabras de Matt.
-Vanessa respóndeme…
-¿Qué...? – aun incapaz de moverme.
-¿Vanessa? Por Dios estás tan pálida… ¿Hace cuanto que no te alimentas?
Eso era una pregunta interesante, sentía que habían pasado semanas y semanas desde la última vez que me alimente de sangre. Eso me pasaba, estaba seca, me estaba muriendo. Por mi tonta sensación de vacio era eso, estaba secándome.
-No... Lo se… ayúdame a leva...
Cuando intente sostenerme de los pilares del balcón para subir caí aun con más fuerza y el me atajo, Dios… no eso era humillante, no delante de un vampiro guapo por favor.
-Vanessa, esto es completamente estúpido y descuidado de tu parte, quédate tranquila no puedes ni moverte, vamos a mi cuarto tengo muchas raciones de sangre allí.
Bien, eso no se oía nada bien, absolutamente nada bien, pero de nuevo mis labios estaban fríos y dormidos no podía responder. Damián trato de pasar desapercibido, finalmente escuche un “clic” de la puerta y algo suave debajo de mí.
Camino por toda la habitación, podía oír sus movimientos rápidos de vez en cuando oía cosas plásticas sonar unas contra otras, y luego, algo caliente en mis labios.
Gloriosa sangre fresca.
Tan pronto como había suficiente en mi organismo yo mismo se la arrebate de las manos y comencé a extraerla, perdí el control de la sangre, había muchas bolsas quizás tome unas seis en un momento y finalmente caí sentada en la cama. Damián estaba mirándome fijamente, sorprendido.
Eso fue muy humillante, lo que había hecho.
-Damián yo, disculpa, será mejor que, me vaya…
-Esta bien Vanessa, entiendo, soy vampiro quizás en algún momento me ponga también así no tienes que preocuparte, solo… no vuelvas a dejar que tu cuerpo vuelva a estar así… en verdad me asustaste… te estabas matando ¿lo hacías agrede?
-No, claro que no…
-Pues casi lo haces, por inanición – el me miraba fijamente y serio. – no vuelvas hacerlo…
Hubo algo en mi estomago que sintió abandonar para subir a mis mejillas, había algo en la forma en que me hablo que me hacia sonrojar quizás era la forma en como me miraba.
Se acerco a mi rostro y parecía estar limpiándolo, eso se sintió incomodo no quería darle ideas de algo a pesar que sabia y se veía que solo lo hacia con la intención de quitarme la sangre derramada.
-Yo puedo hacerlo… déjame. – dije moviéndome buscando un pañuelo que el me extendió y limpiando como podía.
-Deberías ver a un medico, ¿quieres que llame al doctor?
Oh, claro y dejar que venga a su cuarto para que piense cualquier cosa. NO gracias.
-No, esta bien… solo quiero irme a casa. ¿No hay problema?
-En absoluto, lo que quieras, vamos, despídete de papá, si quieres y te llevo. Necesitas descansar.
Caminamos hacia afuera y casi nadie pareció percatarse de nuestra aparición o desaparición. Caminamos hacia Russel quien sonrió cuando me vio.
-Vanessa…
-Russel…- sonreí – felicidades.
-Muchas gracias… - miro a su hijo y luego a mi.
-Creo que fueron por un bocadillo… - miro a Damián – sangre, quiero decir.
-No, solo un poco – sentía la sangre en le rostro.
-Yo diría que mucha. – el seguía sonriente. – Me alegraría mucho por ustedes dos chicos, así que no hay problema…
Dios eso estaba pasando de la raya.
-Vanessa se siente mal papá, voy a llevarla a casa.
-¿Por qué no se queda a dormir? La casa es muy amplia. – nuevamente sonrió.
-No gracias, yo no me siento bien… solo quiero estar en un lugar cómodo para mi… conocido.
Respiro profundo y luego asintió.
-Muchas gracias por venir, y me gusto el regalo… - tomo mi mano y la beso poniéndola entre las suyas dulcemente. – espero que mejores.
Asentí.
-Gracias…
Cuando caminamos por el vestíbulo Damián, como cuando llegue pero esta vez más consciente de mi estado me tomo por la cintura. Luego me ayudo a subir suavemente al auto, no sentí nada en el camino estaba tan agotada, pero poco a poco sentía como la sangre iba fluyendo.
Al llegar a la casa, me sentía a punto de estar mejor, solo por ver la entrada de la casa, Damián me llevo poco a poco de mi brazo y finalmente paro en la puerta.
-Desde aquí puedo, gracias por todo y disculpa…
-Todo esta bien Vanessa. No tienes que mentir conmigo.
-¿A que te refieres?
El sonrió.
-Sabes que me gustas… y por eso huyes.
Le mire durante un largo rato, y entonces el fue acercando los labios, no sabia si no tenia fuerzas para moverme o estaba tan resignada a todo que no quise huir.
Entonces la puerta se abrió rápidamente y él se compuso. Mire de reojo tanto como pude para adentro, era Matt en la puerta. Parecía divertido llevaba un pedazo de algo en la mano comiéndolo.
-Wow… que hermosa noche – dijo saliendo afuera mirando el cielo.
Si hubiera estado en mis cabales, le hubiera al menos dicho que arruino algo importante, pero no sabia si estar apenada o agradecida por interrumpirnos. Damián tomo mi mano entre las suyas, muy parecido a su padre, y la beso. “Que descanses”
-Buenas noches Matt.
-Buenas madrugadas Damián – dio Matt sonriente.
Eso era irritante no quise ni meterme, camine hacia adentro, oí el auto de Damián encenderse y caminar a Matt adentro con un portazo. Cuando iba caminando en las escaleras él comenzó con las directas insultantes.
-Bien… muy bien Vanessa, ¿a ver de que me perdí?
Le hice señas con el rostro de “¿de que rayos hablas?”
El parecía molesto, pero al mismo tiempo, la cara de un “yo sabia quien eras”
-Pues, te queda muy bien el papel. Pero es que se ve tan bien en una mujer…
-¿De que hablas?
-¿Crees que no se que hicieron ustedes?
¿Perdón?
-¿Disculpa…?
-Se te olvido limpiarte…. Aquí… - dijo señalándose el mismo el cuello. Demonios seguramente me había limpiado mal por no mirar en un espejo. – Al menos podrías esconderlo mejor, eres una buena actriz a veces tengo que admitirlo, no quisiste estar…
-Cállate Matt…
-No, no me callo.
-No sabes de lo que hablas… alucinas.
Mientras gire de nuevo hacia los cuartos, sentí una ola caliente pasar a uno de mis costados y Mat con los ojos en llamas frente a mi.
-No, me des la espalda… - había rabia de la más pura en sus ojos.
-Quítate Matt…
-¿Por qué…? – su voz parecía lastimada.
-¡Te dije que no paso nada!
-Estas llena de sangre regresas a media madrugada, pareces como drogada, estuvo a punto de besarte en mis narices y aun así ¿quieres negarme algo?
-Piensa lo que quieras… te dije que no paso nada, además no te debo ninguna explicación. Tu tampoco me las das, a mi no me importa con quien te revuelques, no te metas tu tampoco con los míos.
Tomo uno de los cuadros de la pared y lo lanzo lo mas lejos que pudo estallándolo el sonido me hizo estremecer. Eso era tenebroso.
-Matt…
-¡No es… igual!
-Estas asustándome… quítate… por tu bien.
Claro que era más bien por el mío, no tenia fuerzas para defenderme ni nada.
-¡Con una mierda que no! ¡Que rayos hiciste! – ese no era el Matt que conocía, estaba saliendo su lado vampiro. Terrorífico
Pero no sentí nada, estaba yéndome de espaldas veía a Matt cada vez más lejos. Cuando abrí los ojos, estaba en mi cuarto, Matt estaba a mi lado, mirándome fijamente con la mirada asustada.
-¿Qué paso?
-No lo se… dime tu… - esta vez estaba más calmado.
-Demonios…
-¿Estas bien? – su voz era plana y superficial.
-¿Ahora te importo? – el miro con rabia a mi cara y luego se giro.
-Si no creyera que eres vampiro pensará otra cosa Vanessa…
Eso, fue por mucho insultante…
-Ya piensas lo que quieres Matt… - esta vez le mire y si hubiera podido llorar lo hubiera hecho. El no se defendió, siguió mirando fijamente. Y luego salió.
-Buenas noches…
Ni siquiera le respondí.
Si antes habíamos sido fríos, ahora estaba siendo gélido el ambiente entre nosotros, me fui recuperando poco a poco, Drake volvió a llamar esa semana, todo estaba mucho mejor, dijo que estaría en casa para principios del año. Cada vez atrasaba más el volver. Yo solo sonreí, él también me pregunto por Matt, y el silencio en la línea le dijo todo lo que necesitaba, me conto que estaba preocupado con que al volver solo encontrara los restos de nosotros y eso en parte fue divertido.
“Que estés bien” me despedí.
A mitad de semana, a Matt le dio un arranque extraño y estaba sonriendo desde que llego a la tienda. Intente no responderle nada, pero era imposible, se sentía tan bien cuando el nuevamente quería hacer las pases aunque aun así seguía dolida. Finalmente, dimos un receso de medio tiempo en la guerra, al llegar a casa, al día siguiente, ya que no caería tan fácil de que al primer día que quisiera recuperar todo luego de llamarme en términos dulces regalada, yo le diera la mano y le dijera “tranquilo no paso nada”.
Matt me miro, y se acerco poco a poco a mi, mientras colgaba el abrigo en el perchero, me lo quede viendo a los ojos, y finalmente seguí colgando el abrigo.
-¿Qué quieres Matt?
-Discúlpame… - mis manos se quedaron extáticas.
Silencio
-¿Sabes que decir lo siento después de que haces algo, no siempre arregla el daño que haces?
El asintió.
-Lo se…
Me miro apenado, y luego se acerco más, yo me eche para atrás suavemente sin que lo notara.
-Vanessa…
Le mire
-¿En verdad, no paso nada con Damián…?
Esa fue una pregunta extraña, pero era necesario responderla, por el bien y la salud de ambos.
-No…
El respiro profundamente.
-Al menos…
-¿Qué? ¿Qué pasa?
-Es que… no me improtaria, que …
-De hecho no te tiene que importar nada de eso… entiende, es personal.
-No con el Vanessa, hazlo con quien sea menos con él.
-¿Por?
-No lo se… es demasiado…
-¿Perfecto?
El miro por un instante largo, y luego asintió
-No lo se, parece muy bueno y …
-¿Y?
-Es como si estuviera hecho para ti no lo se…
-¿Y cual es el problema?
El no dijo nada.
-¿El te gusta?
-No lo se…
Eso lo decía en verdad.
-Entiendo… a mi me pasa con algunas… no se con cual dejar y con cual quedarme…
Camine a la cocina y busque en el refrigerador una bolsa de sangre entre los tomates mientras la tomaba. Estaba agotada, ese día habíamos vendido casi todo porque mañana vendría nueva carga a la tienda.
-Necesito descansar… hasta mañana Matt.
-Hasta mañana Vanessa… mmm.... creo que voy a salir. – dijo cuando comenzó a sonar su teléfono.
Sentía sus ojos en mi espalda, pero no me gire para corroborarlo. Era suficiente con su olor a limpio cuando se bañaba y tenia el cabello aun mojado. Demasiada tentación junta para soportarla. Y no quería pensar en nada estúpido que el estuviera comentando para provocarme.
Al día siguiente, Matt no aprecia desde la vista de los anaqueles, ayudamos a bajar algunas cosas y el apareció acomodando todo, Ivana lo miraba como una hambrienta del desierto frente a un Mc Donal´s. Eso era asqueroso. Pero el ni la miraba.
Hablando de la comida, finalmente fue hora del almuerzo, lo invitaría a comer, pero no se apareció por ninguna parte. El almuerzo estuvo bien tenia días que no probaba verduras, fue rico. Pague mi cuenta y di un poco más de propina, mientras salía de la tienda Matt… ¿Era Matt? Estaba frente a una joyería, con una chica… una rubia… ¿sonriente?
Ok, no quería saber nada… nada…
Camine a la tienda y trate de terminar mi horario para largarme lo más rápido que pudiera. Lo cual me llevo minutos de paciencia y horas de desesperación ¿estaba comprándole un anillo? ¿El? No podía ser cierto. Ivana ya estaba cuando yo había llegado. Por lo tanto no era ella quien estaba con Matt.
-¿Estas bien? – pregunto ella.
-Perfectamente.
Se limito a seguir haciendo lo que hacia antes de hablar lo que sea que fuera. Para terminar el ramo de flores del día, antes de terminar el turno apareció Damián.
Lo que faltaba. Aunque no me venia nada mal. Necesitaba apoyarme en algo.
-Buenas tardes…- dijo en su tono tan formal.
-Para ti… - respondí.
El miro tranquilamente y luego siguió.
-¿Hice algo mal? ¿No querías que viniera? solo, estaba preocupado por ti, disculpa.
-¡No!... oye… - me había pasado de ácida. – disculpa… es solo que…
Le mire a los ojos, y en el había una mirada de dura comprensión y me atrajo para abrazarme.
-Esta bien… tranquila…
No quise moverme de allí, me sentía tan firme y fuerte, necesitaba a Matt, pero tan solo necesitaba un abrazo de él… de mi Matt, Damián, Dios… Damián era el premio gordo pero yo necesitaba… al tonto y burro. No podía creer que se hubiera comprometido con otra chica.
-Dios mío… Damián… yo…
-¿Estas bien? – pregunto el aun sin dejar de abrazarme
-No…
-Eso lo se.. – sentí el aire entre sus dientes chocar con mi cabello mientras reía.
-Esto es horrible…
-¿Me he vuelto el confesionario de Matt?
-Disculpa… no voy a molestarte, ¿a que has venido? – dije componiendo mi cara y calmándome, pero el aun así no se aparto y rozaba mi rostro calmándome.
Eso se sentía muy bien. Me sentía protegida.
-No tienes que hacerte la fuerte… te estas haciendo daño…
-No importa, así debo serlo. Créeme Damián.
-No créeme tu… -me acerco a su rostro para verle a los ojos – te estas matando Vanessa, no seas tan necia…
Me quede callada, ese momento hubiera sido tan perfecto, si no solo me gustara Damián sino que estuviera perdidamente enamorada de él.
-Damián…
-Vanessa, con todo lo que a pasado, con… ese muchacho… ¿Por qué crees que aun no me e ido? Sigo esperando que termine de meter la pata, lo admito, porque quiero quedarme contigo… te quiero a ti Vanessa… tu eres tan perfecta, eres tan… no lo se… - esta vez parecía apenado – eres todo lo que yo quisiera de mi compañera de vida. No puedo obligarte a que dejes de quererlo pero… tampoco me obligues a separarme de ti… estarme aquí… yo…
Por un instante, todo estuvo callado y de repente,
Me beso.
Sus labios eran tan… suaves, eran más delgados que los de Matt, y me hacían sentir incomoda, esos no eran los labios que quería.
Tan pronto como pude separe mis labios de él. Pero el tenia los ojos rojos, llenos de deseo, y los labios rojos también. Dios mío… esa era una imagen para recordar, pero yo estaba espantada.
-Damián…
-Vanessa… - pero sus palabras eran más de satisfacción que de disculpa.
-Suéltame… yo ¡que hiciste!
-Vanessa yo, no yo pensé que tu…
-Déjame por favor.
-¡Vanessa!
Lo último que me percate fue de mi mano en su mejilla. Dios ahora si me estaba volviendo completamente loca.
-Sera mejor que te vayas…
Dije mirando a otro lado. Damián parecía frio, aun así suavizo la mirada. Y camino.
-No me voy a rendir tan fácil Vanessa. Eso fue menos doloroso que un estacazo… no me rendiré.
-No quiero que te hagas ideas… no pasara nada Damián, lamento si te di esa impresión, pero no es verdad.
El me miro, y se limito a bajar la cabeza en gesto de “permiso”. Solo vi su espalda. Ivana que estaba allí se quedo con los ojos perplejos a distancia, mire a su dirección y siguió doblando unos tapices.
Después que todos se fueron, me quede para cerrar la tienda con Ian, el suplente de Drake por le momento. Cuando estuve a punto de apagar las luces, me di cuenta que el celular de Matt estaba sobre uno de los mesones de la parte de cargamento. Matt nunca salía sin el celular, bien, no importa que haya hecho, pero… algo le pasaba… necesitaba buscarlo.
Mire a Ian, y tome e teléfono.
-Ian, ¿has visto a Matt?
El lo pensó.
-Ahm… creo que si… se fue hace una media hora con una pelirroja, muy linda por cierto, la veo casi todos los días en la otra cuadra…
Oh no... Demonios, no esa no era una regalada, era una caza vampiros.
Salí corriendo buscando el olor de Matt, estaba el aire muy disperso, los aromas estaban mezclados, palomitas, dulces, demonios era viernes y de paso era fecha de festividades del pueblo en una calle donde tenían una reunión afuera. Necesitaba encontrar a Matt lo antes posible, me concentre en el olor, y me estaba llevando justo a donde no quería que lo hiciera.
El mismo callejón donde lo encontré. Corrí a velocidad vampiro no me importaba que me vieran, estaba corriendo como un ratón hacia la trampa, Matt era el ratón y si no llegaba a tiempo iba…
Cuando llegue me pare en seco, en plena oscuridad la pelirroja revoloteaba el cabello mientras… Matt, si algo se le podría llamar restregar el cuerpo, era eso…. Dios mío, esto era como recibir un disparo en el pecho. Peor, me constaba porque los había recibido. Estaba fría, cuando Matt se dio cuenta de mi aroma en el aire giro para mirarme, y vi la maldad en los ojos de la mujer, puso sus manos en su cuello.
-¡¡¡NOO!!!
Lance a Matt a unos cuantos buenos metros de ella, la chica estaba azul, ante mi movimiento, mis colmillos estaban afuera. Quería matarla. La levante desde el cuello.
Tome el control de su mente antes que me estacara mirándola fijamente mientras trataba de calmarme para no decirle que se clavara ella misma en el pecho la estaca.
“Quiero que camines a tu casa” “No recordaras nada, nada de lo que viviste ni hiciste aquí, terminaste lo que hacías hace una hora y decidiste volver a tu casa” le mire con desprecio… “ahora largo”
Pude ver a la chica caminar como un zombi hacia afuera. A la luz… después de quedármela viendo hasta que desapareció.
Luego mire a Matt, el estaba pálido, frio. Asustado, quizás avergonzado.
“Vanessa…”
-Tal vez debí dejar que te mataran el primer día y te fueras directo al infierno… al menos allí harías más oficio.
-¿Qué…?
Con la más grande rabia que jamás llegue a sentir desaparecí en un segundo… me tomo otros más llegar a casa, tire la puerta al entrar. Minutos después apareció Matt en la casa también, el estaba frio y distante. Más frio que nunca.
-¿Estas mejor? – su voz era ruda y seca.- porque espero que yo si…
-¡ERES UN MALDITO! – le embestí con todo el cuerpo con los colmillos afuera.
-¡Que querías que hiciera!
-¡Pensé que estabas en peligro solo querías acostarte con cualquiera nos pusiste en peligro! – luchaba contra sus grandes manos por alcanzarlo.
-¡ERA UNA TRAMPA!
-¡SE QUE ERA UNA TRAMPA!
-Si no te importo ¡entonces porque te pones así!
-¡Me importas una mierda! – dije soltándolo finalmente
Estaba jadeando… cuando finalmente pude componerme
-Eres un mentiroso…
El me miro atontado y luego la rabia lo carcomió.
-¿Yo soy un mentiroso? ¡Yo nunca dije que no era lo que decías! ¡Pero tú dijiste que nunca te habías acostado con Damián! ¡¡ ¿Entonces que fue eso que vi en media tienda hoy?!! Estabas besándote con el… ¡estabas abrazada con el demasiado cerca como para pensar que ustedes no tenían confianza! ¡ERES UNA MENTIROSA!
Esas palabras me golpearon
-Yo no…
-Cállate... no es cierto... Nada del o que dices es cierto, todo es una…
-Matt, yo nunca te e mentido…. – esta vez mi voz temblaba… - tienes que creerme…
-No puedo, eras tu la que estabas allí. Me largo…
Subió las escaleras a pasos gigantes y le seguí tanto como pude tanto como mis pies dieron para hacerlo
-¡Matt! – le jale del brazo pero el lo lanzo lejos.
-¡Suéltame! Me largo de aquí…
-¡Tienes que creerme! ¡Yo… eso no es! Yo te quiero es a ti... Matt…
-Solo deja de mentir… - alzo las manos en señal de cansancio y camino a su habitación podía oírle recoger todo. – déjame en paz….
Me sentí completamente destruida.
Entonces oía voces repitiéndome en la mente “mentirosa” “mentirosa” “deja de mentir” “eras tu”, pero esa o era la voz de Matt, no… esa no era definitivamente su voz… era… la voz de mis padres, nadie me creía... Yo… tuve que sostenerme de la puerta de mi cuarto abierta, Matt pasaba con sus cosas por el pasillo lanzándolas abajo, definitivamente iba a irse, estaba perdiendo la vista, la mente, ¿Qué me pasaba de nuevo? ¿Había olvidado alimentarme de nuevo? Probablemente pero no… mi mente me dolía, los recuerdos… estaba sola, estaba sola… “mentirosa” “deja de mentir” vi la sombra de Matt y solo oí un golpe seco de la puerta del frente. Se había ido. El se iba a ir… no… no por favor no…
Mis pies comenzaron a temblar, y volví al suelo, tenía frio… mucho frio… algo venia escaleras arriba, era Matt algo se le había olvidado.
Intente abrir los ojos, solo lo vi estático parado metros de mi. Estaba gimiendo, yo… no, no eso no, yo no quiero manipularlo. Yo no… Pero la diferencia, era que no lo estaba manipulando, no podía controlarme, estaba desesperada. El se acercaba.
“Demonios” – era Matt
¡No! “Vanes….”
Luego no oí nada más. Solo las sombras y las voces agudas golpeándose entre si de las palabras de Matt.
wwaaaooo.... mis lagrimas estan afuera... Kath no puedes hacerm esto, dios esperar hasta el viernes es mucho!!!... ahora entiendo a Vanessa!.
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