jueves, 4 de noviembre de 2010

CAPITULO 5: Un clavo, incomoda a otro clavo

Capítulo 5: Un clavo, incomoda a otro clavo
Katheryn Morales




Antes de llegar al trabajo, llame al Dr. Gerard, quería salir cuanto antes de esto y más con el incidente de Matt esta mañana. El se veía más pálido que la mismísima calavera de la muerte. No le gustaban para nada los doctores. Tan grandote y con temor a un hombre decrepito con bata blanca. El Dr. Gerard era una persona pacifica y amable, vampiro si, pero era un alma humana aun para nosotros, su cabello era gris mezclado entre canas y cabello negro aun, un bigote del mismo tono, era bajo y un poco grueso, saludable, posiblemente convertido de unos 60 años, era bajo de estatura y el cabello le quedaba pegado al cuero cabelludo peinado pulidamente, aparentaba muy poco su edad en el rostro. Era algo bueno que el comenzará a ver desde las 7:00 tendríamos tiempo suficiente para llegar bien al trabajo. El era rápido.


-¿Y bien? ¿Cómo están las cosas Vanessa? ¿Algo interesante? – si hubiera podido sonrojarme lo hubiera hecho.


-Hola Dr. – sonreí saludándolo una vez adentro Matt se sentó sobre una camilla crujiendo el papel sobre ella. – no es lo que cree, vengo por mi amigo.


-Matt Dale – dijo el sin dejarme seguir. - ¿Qué hiciste muchacho?


Como quise burlarme


-Hola Doc. – Miro alrededor – jamás lo hubiera imaginado de usted.

-¿Qué paso ahora hijo? ¿Cómo es que?

-Lo atacaron Doc., en un callejón, y el mismo que le hizo eso a Drake a mi parecer, debemos estar atentos ese idiota nos esta exponiendo a los demás. – el asintió. – Lo vi muriendo y lo convertí.

-No creo que sea por eso que lo trajiste aquí, ¿hay algo malo?


-Es que tenía dudas y traje para que viera si paso algo anormal ahora o después. Resulta que no quise alimentarlo de inmediato de sangre humana de donaciones por si le iba a gustar demasiado el sabor, no encontré pájaros ni ardillas entonces.


-Lo alimentaste con tu propia sangre – el arqueo la ceja.


Pasó un minuto de silencio y se dirigió a su escritorio sentándose.


– Bien, primero, estabas en lo cierto, lo más recomendable es no darles sangre humana primero, porque perderán los estribos, puede que después le tome buen sabor pero no será un desquiciado de ella… por eso esta muy bien. – sonreí. – pero, el haberle dado tu sangre no tiene mayor problema salvo que tu tienes

-Suficientes años – le corte yo. Doc. Sonrió.

-Así es, suficientes años, y una vampira antigua tiene sangre pura, lo que hiciste con eso fue quizás convertirlo en el vampiro más fuerte de todos los que estamos hoy en el pueblo aun siendo un neonato es el más fuerte, excepto por Russel, pero no hay que entrar en detalles.

-¿Qué Russel? – pregunto Matt.

-El jefe civil del pueblo. El que crees que tiene 30 y algo de años. – dijo el Doc.

-Es el más antiguo de nosotros Matt tiene cerca de 1000 años. – le comente.


Matt pareció necesitar acostarse a la camilla, tanto el doc. Como yo sonreímos por la cara que tenia.


-Pero del resto todo debe estar en orden Vanessa, el será muy fuerte, solo eso, tomo tu sangre en ayunas y eso, es como liberar una bomba en potencia así que jovencito, cuida tus fuerzas porque podrás ser de gran problema ahora. ¿Entendiste?

-Sip. – dijo Matt desde la camilla.

-Tengo curiosidad. – dijo el doctor. - ¿Hasta ahora el no a probado sangre humana?

-No... Solo tiene un día y medio. Creo que de hecho tiene algo extraño en la cabeza – le señale con el pulgar a la camilla a mis espaldas donde el estaba recostado.- No ha corrido en shock aun por haberse convertido, y obviando algunas cosas, el es literalmente normal para tener tan poco tiempo, esta acostumbrado.

-Si, supongo. Hay humanos extraños, preferimos decirles especiales. ¿Hay algo más?

-¡Oh si! – recordé lo de esta mañana. – Matt compro una pizza con carne ayer y amaneció mal hoy, tuve que recurrir al viejo método.

El doctor arrugo el rostro.

-Debo suponer que no fue lindo ¿No? – dijo él, Matt levanto el pulgar todavía acostado. – bien vamos a revisarte. ¿Vanessa ya le dijiste porque no debe comer eso frecuentemente?

-Sep.…

-Ok, mejor no voy a repetirlo.



El doctor levanto la camisa y comenzó a presionarle el estomago con los dedos tanteando, yo, tuve que mirar a otro lado, Dios... porque tenia que ser tan… provocativo… Debía buscar una forma de controlar los impulsos.



Finalmente el Dr. Gerard termino de revisarlo, iba a tener el peso en el estomago por unas horas más pero del resto no se iba a desintegrar o algo así. Cuando supo que habían terminado con él se lanzo de un solo movimiento desde la camilla hasta la puerta, si… era muy valiente el muchacho.


Pagamos la consulta, no pude evitar ver la gente mirándonos, perfecto, me vieron salir del medico con el empedernido mujeriego del pueblo. Debían estar pensando en cosas hermosas. Tanto que ni quise revisar sus mentes para saber si estaba en lo cierto. Me monte en el auto y Matt reía.

Dios, eso no podía ser peor.


Llegamos unos minutos antes de comenzar nuestro horario. ¿Ivana? Como una estúpida, llevándole agua a cada tanto (como si lo necesitara) algunas veces ni se percataba que estaba trabajando y sus pensamientos eran tan fuertes (extremadamente) que a veces me quería meter en su mente y salir con colmillos. Matt parecía poner limites entre ambos, pero probablemente porque yo lo tenia cerca y sabia que observaba todo lo que hacia. Aunque no lo quisiera.


Simplemente, tácticas seguramente de conquista.

Drake me acompaño al almuerzo, porque Ivana se llevo a almorzar a Matt, perfecto, ¿y a mí que me importaría? Drake parecía notar mi molestia pero tomaba diverso temas para no pensar en Matt, el no iba a molestarme la existencia. Cuando llegamos Matt miro a Drake rodando los ojos, Ivana venia sonriente hablando como si Matt le tomara alguna importancia. No pude evitar reírme. Si algo no sabia Matt eran dos cosas: cual era la raíz cuadrada de Pi y que Ivana existía.

Los días pasaron, y la promesa que nos hicimos en el baño se mantenía, nadie volvió a hablar de ella. Absolutamente nadie. Lo dejaba hacer de las suyas siempre que no fuera delante de mi, ni siquiera sabia que hacia cuando se perdía por un tiempo, o cuando salía excusado de que iría a casa de Drake por la noche, prefería no preguntarle ni enterarme, el no tenia nada que ver conmigo.

Ni lo iba a tener nunca.

Solo como había prometido para mi, enseñarle lo necesario, como leer mente, como caminar normal, donde cazar, que hacer y que no, aun en todo ese tiempo el se negó a beber sangre humana hasta acostumbrarse. Simplemente ese era nuestro contacto. Neutro.


Pero no podía negar, que me hervía la sangre cuando llegaba sonriente, no quería ni imaginarme las cosas que había hecho, más de una en el pueblo se entero donde trabajaba e iban a dar a buscarlo hasta que finalmente el las corrió para no tener problemas con el jefe. Tenía tanta rabia. No entendía porque, yo no lo quería cerca de mí, el problema era que ciertamente lo deseaba cerca. Y pensar que alguien más estuviera andante a su alrededor, era como si me devolvieran a la vida solo para torturarme y volverme a matar.

De alguna manera, aun tenia esa sensación, de que el me miraba, aun por encima de todas las chicas, pero cuando notaba que me venia en madre lo que me mirara, volvía a sonreír al grupo de mujeres. Las cosas comenzaban a ponerse más neutrales entre ambos, un hola y adiós. Solo éramos amigos, durante casi 5 meses, eso era todo.

Las noches en la casa a veces eran silenciosas cuando el no estaba, y comenzaba a sentir esa soledad, justo entonces el aparecía, haciendo escándalos dentro de la casa y podía volver a la cama.

Me estaba convirtiendo en una estúpida.

No quería darle poder sobre mi, pero inconscientemente lo estaba haciendo. El hacia lo que le daba la gana y literalmente yo lloraba por él a sus espaldas. Bueno, o por lo menos me hacia sentir algo mal.



Hasta ese día.


-¿Hola? – me saludo un hombre.

-¿Si di... – las palabras e me quedaron pegadas a donde estaban formulándose. El sonrió tiernamente.

-Pensé que mintieron sobre, que aquí trabajaban chicas, realmente hermosas, pero, creo que ciertamente han quedado cortos en su explicación. – genial, un idiota pero ¿Qué era ese acento? Ese acento era de mi tierra, de mi Londres muy muy antiguo.

-Disculpa… ¿tú, vienes de Londres, por casualidad? – el me miro sorprendido. Sonrió nuevamente, Su sonrisa era hermosa.

-Así es, ¿Cómo lo notaste?

-Tu acento particular.

-Pensé que estaría diluido con los años.


Arquee las cejas, allí había algo.


-¿Mi señor, disculpe mi impertinencia, pero ¿habría de decirme si así lo pidiera cual es su edad? – el vocablo fue a propósito, sabia que lo entendería, la indirecta, y sino quizás lo tomara como un cumplido antiguo de una vendedora de antigüedades.


Sonrió disimuladamente.

Di en el blanco.


-Tantos que no serian bien vistos deciros frente a una dama con tal gracia. – demonios era mucho más viejo que yo definitivamente.


-Bien… - entrecerré los ojos - ¿Qué le trae por aquí? – di una excusa mientras le detallaba.


El hombre, vampiro, era hermoso, tenia ese porte de caballero antiguo, su cabello negro brillaba como las plumas de un ave oscura, y sus ojos eran azules, un azul tan delicado, como su acento. Tenía el cuerpo de una escultura griega, el era, el paquete perfecto, el paquete perfecto para quien lo quisiera.

-Quisiera algunas pipas antiguas, no fumo, pero mi padre aun tiene esa mala costumbre. Y se acerca su cumpleaños…. – aclaro la garganta – 1000, quiero darle un obsequio que sea de sus gustos. ¿Tendrán variedad en ellas?

El debía ser el hijo de Russel. Pero Russel no tenía hijos, a menos que hubiera sido convertido por él. Ahora entendía de quien sacaba esos portes masculinos y que te dejaban embelesada. Russel era el vampiro no solo de los más antiguo del pueblo y el que ponía orden, era por mucho el más atractivo en todos los sentidos, el lo sabia y lo usaba, aunque fingía ser de vez en cuando un loco que le encantara las bandas de rock y todas esas cuestiones, si, educado, sexy, tan formal como puede ser un abogado y tan desquiciado como un joven adulto que degustaba la música antigua y nueva.

-Por supuesto – sonreí, a Matt le importaba menos que a un reverendo pepino, así que si el no lloraba por mi, yo tampoco lo haría, el era un mocoso en mi lista negra. El destino colocaba delante de mi una buena pieza, que si bien no era para quedarme con el por lo menos podría alegrarme. – sígueme.

Para, peor del caso, contando (que en verdad no se lo quería restregar en la cara a Matt) la vidriera de todas las pipas que teníamos estaba por la parte trasera cerca de la zona de descargas. Perfecto.

-Tenemos pipas suizas, pipas italianas, pipas inglesas, pipas escocesas, irlandesas, y las alemanas. Ente otras, solo ve los modelos y dime cual te gustaría.

-La verdad, mis gustos no son parecidos en nada a los de él. Cualquier cosa que me guste puede desagradarle.

-¿Alguna pista que puedas darme? Puedo ayudarte. ¿Nació en algún lugar en particular? Me refiero – hice muecas con los labios la palabra “humano”, delante nuestro paso un grupo de señoras. Ambos les sonreímos y seguimos en lo nuestro.

-Emh… creo que es de Inglaterra también, por eso me mando a estudiar allá, recién vuelvo de viaje ¿sabes? Esa es la sorpresa.

-Ah… comprendo. Pensé que era por su cumpleaños – le mire cautelosa.

-Esa es la otra excusa. Debo llevar dos regalos.

-Bueno, creo que, las pipas inglesas son muy lindas… esta ¿la ves? Creo que, le podría gustar mucho.


Abrí el seguro, y la saque.

- El material huele como reciente y antiguo, creo que le gustara, conozco un poco de vista a tu padre, y creo que este es su estilo, ¿ves esto? – me acerque más a el casi se juntaron nuestras sienes – baja en liso en un hermoso color achocolatado y a mitad la textura comienza a ser rugosa, el anillo que diferencia el canal de la pipa pasa casi inapercibido, es una hermosura en verdad, para aquel tiempo debieron haber hecho unas 20 pipas de estas, aquí esta labrado la firma del que las hizo. ¿Si puedes notarlo?


El parecía realmente encantado cuando lo puse en sus manos, sintió el peso, y accedió.


-Es perfecta, la verdad si tienes razón y parece su gusto.

-¿Por qué no te gusta a ti? – ambos rompimos a reír.

-No, porque en verdad, tiene un parecido a él. Gracias… - me miro a los ojos con amabilidad.


Justo en ese momento, Matt cruzaba del umbral de las cargas al deposito, para verme así, con… ¿Cuál era su nombre? Lo aproveche.


-Vanessa… ¿Cuál es tu nombre? – el pareció haber sido noqueado.

-Oh Dios me perdone, lo siento olvide por completo presentarme, soy Damián. Y es un placer conocerla. – Tomo mi mano entre las suya y la beso, haciendo una caravana hacia adelante, sonreí, tenía mas de cinco siglo o cuatro, sin ver esas presentaciones. Pero él las hacia ver natural.

-Al contrario, el gusto es mío. – Matt se le callo una caja. Dios, como disfrutaba esto. Entonces ambos lo miramos y el tomo lo que se había caído, componiendo aun la cara y siguió a la izquierda en busca del deposito.


- ¿Querrás la caja de madera original también?

2 comentarios:

  1. WAO ESTA MUY INTERESANTE DE VERDAD QUE LASTIMA QUE NO PUBLIQUES MAS ESPERARE EL PROXIMO PARA SABER QUE PASA JE JE QUE EMOCIONANTE AHORA NO PODRE DORMIR PENSANDO ES QUE VA A PASAR.. PERO QUE BUENO QUE LLEGO dAMIAN JA JA BUENO EL NOMBRE DEL CAPITULO.
    GRACIAS POR ESTE ESTA TAN BUENO COMO LOS OTROS..

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  2. Diosss!!!... jajajaja porque esa tortura a Matt?... bueno a decir verdad m muero por conocer mejor a ese Damián!!!... KATH NO ES JUSTO, m parece cortico este capitulo, lo haces para hacernos sufrir, verdad?... creo que Vannesa se hace sufrir ella misma, no creo que Matt se este entregando a las regaladas que le llegan, Matt parece haber madurado un poco y ella deberia de darle una oportunidad... aunque m encanta que haya llegado Damián a ponerle mas accion a la cosa!!!... publica otro capitulo pronto!!!.

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